UNA REFLEXIÓN SOBRE NUESTRA ORDEN

En las Aras de nuestros Talleres se coloca la Constitución Internacional,
abierta en nuestra Declaración de Principios.



¡Bienvenidos QQ:. HH:.!
Bienvenidos los que creen y los que no, 
Bienvenidos los que dudan y los que buscan,
Bienvenidos QQ:. HH:. todos.

Como iniciados hablamos constantemente de trabajar por el bien común, comenzando desde dentro, obteniendo un efecto externo benéfico, no solo en nuestro entorno, sino en el de toda la humanidad. Sin embargo, sucede que, podemos llegar a pensar que estamos solos en esta contienda y que nuestro trabajo no está teniendo efecto al apreciar muy pocos o nulos cambios en la sociedad en que vivimos. Es posible incluso cuestionar si toda esta labor vale el esfuerzo.
Pertenecer a una obediencia internacional como es el caso de "Le Droit Humain", proporciona la oportunidad de ser consciente que esa sensación de soledad no tiene razón de ser. No estamos solos, somos más de 30,000 Hermanas y Hermanos trabajando por el mismo ideal alrededor del mundo. Cada uno en su propio contexto, con diferentes contrariedades, más la obra nunca se detiene, pues nuevos HH:. continúan sumándose a la cadena y en más de un caso, logrando romper poco a poco con paradigmas.
Apreciar esto no puede más que inspirar esperanza, esperanza en que nuestro trabajo no es en vano, que cada esfuerzo suma y no es insignificante, ya que todos somos necesarios. Y será entre las manos de todos los HH:. del mundo en donde la posibilidad de propiciar una realidad equilibrada está al alcance.
Es esta internacionalidad la que solicita una práctica laica e inclusiva, un trabajo conjunto en el logro de una comunicación mundial armoniosa, con base en el respeto, la tolerancia a todas las diferencias ideológicas, y la equidad. ¿Cómo podríamos hablar de un trabajo por el bien común sin una mentalidad global e incluyente a todas las formas de pensar y ver el mundo?
La mixidad en el trabajo masónico es una realidad palpable, la evolución de la francmasonería, un trabajo masónico donde hombres y mujeres libres, somos uno en el esfuerzo de nuestra construcción. 124 años de trabajo arduo y fructífero de nuestros obreros de ambos géneros en más de 60 países hablan por sí mismos.
Nuestros fundadores y visionarios, nuestros QQ:. HH:. George Martin y Maria Deraismes comprendieron que la construcción de una masonería luminosa debía ser al servicio de la humanidad. Ahora, nos corresponde como francmasones de Le Droit Humain, continuar la obra, en una época de “Modernidad Líquida” según Zygmunt Bauman, restaurando los debilitados valores y vínculos humanos. Los francmasones de Le Droit Humain atesoramos ese ideal, pues el hombre y la mujer son alas y para que la humanidad levante el vuelo, ambas tienen que desarrollarse por igual.
Los francmasones de Le Droit Humain, exploramos el vasto dominio del pensamiento, ya sea racional, especulativo, onírico, metanarrativo o cualquier chispa del ingenio humano que pueda germinar las grandes ideas que este mundo necesita. Los sueños los trabajamos para volverlos realidades en Le Droit Humain, la humanidad entera, somos por nosotros mismos un sueño por el que vale la pena trabajar.
Es nuestra palabra.